Uno de los placeres, de tantos, de aplicar GTD es poder decir a ciertas capturas que no y que su destino es la papelera. Si es una acción que no nos lleva a cumplir etapas de un proyecto, dentro de un área de responsabilidad el destino es sencillo. Decir que no a algunas cosas es decir que si a muchas otras que incorporamos a nuestros compromisos en un sistema fiable.
La trampa es decir si a casi todo, pensando que lleva oculta una oportunidad escondida que nos propulsará al cielo y el cielo parece que no puede esperar. Una de las cosas mes eficientes de GTD es decir que no a cosas, no aceptar un compromiso que no nos llevará a ningún lado. Cuesta al principio.