En dos de las sesiones donde ayudo a profesionales que se sienten desbordados a arrancar con GTD surgió un momento que yo había tenido hace tiempo. Es ese darse cuenta de “como va” GTD, ese “lo entiendo ahora y no es tan complicado”, ese “creo que ahora será sencillo mejorar en mis compromisos”. Sin tener una gran complejidad GTD requiere atención, cierta perseverancia , y una aplicación rigurosa del método tal cual lo define quién lo ha puesto a nuestra alcance. Quién haya empezado y le haya entrado cierta desazón para aplicarlo que vuelva o que pida ayuda a quién ya camina por el. No recibirá más que buenas noticias.