La planificación natural en GTD nos permite poner en orden y en marcha los proyectos que caen en nuestra atención. La definición de las tareas, de acciones, el último paso, es lo más tangible, aquello que permite que un proyecto, sea de lo que sea, avance. La redacción, concreción de estas tareas es fundamental, y la capacidad de dividirlas en tareas lo más pequeñas posibles nos dan una sensación de accesibilidad donde la procrastinación no debe surgir. O sea que la expresión “vayamos por partes” toma aquí un sentido que le da plena validez.